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Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías:
Los adoradores de Dios se distinguirán especialmente por la observancia del cuarto
mandamiento [día sábado], ya que esta es la señal del poder creador de Dios, y el testimonio de
su derecho a la reverencia y homenaje del hombre. Los malvados se distinguirán por
sus esfuerzos de echar abajo la institución recordativa del Creador y en exaltar la institución
de Roma.[día domingo] Acerca de este punto decisivo del conflicto, todo el cristianismo será dividido
en dos grandes clases: los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y los que adoren a la bestia y a su imagen, y reciban su marca.
La iglesia y el
estado se unirán para hacer que, "a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y siervos" [Apocalipsis 13:16], se les imponga la marca de la bestia; y,
sin embargo, el pueblo de Dios no la recibirá. El profeta de Patmos dice: "Y vi así como
un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria de la
bestia, y de su imagen, y de su señal y del número de su nombre, estar sobre el mar
de vidrio, teniendo las arpas de Dios."[Apocalipsis 15:2]" Estudios Escogidos de los Testimonios
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