Medición por medio de correlación estadística

un procedimiento válido para argumentar a favor de una teoría


En esta investigación se considera la medición por medio de una correlación estadística como un procedimiento válido para argumentar a favor de una teoría en ciencias sociales. La correlación al igual que el proceso de medición en experimentación dejan siempre un margen de falibilidad en sus resultados. La comunidad científica puede adoptar aquella explicación cuyos resultados brinden el menor margen de falibilidad.


Alegoría del investigador inquieto

Un investigador inquieto considera que cualquier variable que esté correlacionada estadísticamente con la variable actos violentos constituye una variable independiente que puede determinar la variable violencia. Este investigador observó en un proceso de simulación experimental la siguiente relación; los individuos que no consumían alcohol respondían con menos acciones negativas o acciones violentas que aquellos que si acostumbran a consumirlo. Este sujeto realizó una medición aún más detallada, recogiendo datos de individuo por individuo en un grupo determinado, y encontró que la variable alcohol y la variable acciones de los individuos están relacionadas. El sujeto realizó entonces una correlación estadística y observo que la variable alcohol esta altamente correlacionada con la variable violencia.


Este sujeto se apresuró a interpretar que la variable alcohol es determinante de las acciones de los individuos. El investigador considera que tiene en sus manos un hallazgo el cual puede explicar en buena parte las acciones violentas. Los argumentos del observador están basados únicamente en la correlación de las dos variables observadas en el proceso de simulación experimental.


Pero el investigador, no estando satisfecho con la simulación experimental, se fue a comprobar su supuesto en un experimento real. Su intención era medir la relación entre variable alcohol y la variable acciones de los individuos. El sujeto encontró que aún en el experimento, estaban relacionadas o, mejor aún, estaban correlacionadas las dos variables.


Los resultados del observador, causaron inicialmete algo de consternación tanto al director de la simulación como al del experimento. El primero por estar atento y prestarle siempre validez a este tipo de medidas estadísticas y el segundo, por no estar acostumbrado a utilizarlas en sus experimentos.


Pero, tanto el director de la simulación como el director del experimento debatieron con el investigador inquieto, argumentando que aunque la variable alcohol presenta relación con las acciones de los individuos, se debe dejar en claro los límites de esta relación o correlación. Por ejemplo es cierto que, el consumo de alcohol constituye en sí un acto negativo que pude conllevar a que un sujeto incremente en su comportamiento las acciones negativas o violentas. Pero también es cierto que individuos que no consumen alcohol pueden igualmente abundar en acciones negativas, de degradación social o de violencia.


El director de la simulación como el director del experimento mencionaron además, que la teoría utilizada por ellos en su practica, puede explicar lo sucedido con la variable alcohol. El consumo de alcohol es una consecuencia o una variable dependiente que puede a su vez ayudar a desencadenar otros efectos negativos o acciones violentas. Por tanto el investigador inquieto está identificando en la variable consumo de alcohol un efecto más, el cual desencadena otros efectos secundarios, y en consecuencia, el investigador inquieto confunde a la variable alcohol con una variable independiente cuando realmente es una variable dependiente.


Los dos directores señalaron que es posible para cada uno de ellos controlar en su respectivo campo de prueba este tipo de confusiones, mediante seguimiento, con la historia de los sujetos, y con mediciones de control.


En un futuro, en relación a nuevas variables u observaciones que pudieran poner en entre dicho o arrojar dudas a hallazgos anteriores, los directores sugieren que estas nuevas observaciones además de ser tratadas con un merecido respeto, deben también ser manejadas cautelosamente para verificar si existe realmente un sustento teórico que los soporta, y cuál es el nivel de credibilidad de éste. Se debe además verificar si a la luz de la teoría que sustenta la simulación o los experimentos previos o anteriores de los directores, se puede identificar la naturaleza real de la nueva observación o variable que inquieta los resultados previamente establecidos, y ante la disyuntiva así expuesta, se debe escoger la explicación teórica que brinde una mejor comprensión de lo observado.


Corresponde en últimas al individuo o investigador escoger la explicación que permite entender mejor sus observaciones o resultados, la que mejor lo satisfaga, en la cual cree. El nivel en que sea acogida esta explicación por la comunidad científica o el grupo social, constituye el nivel de popularidad en que este tipo de explicación tiene aceptación en una sociedad.


II

Cuando se está experimentando acerca de la eficacia de un antídoto para evitar los efectos negativos de un veneno, los resultados se pueden conocer o constatar sin mucha dificultad. En otras palabras, si el antídoto es eficaz, en un tiempo inmediato se pueden observar sus resultados. Pero si el antídoto no es eficaz y el veneno es mortal, lo más probable es que el paciente muera.


Controlar el experimento es relativamente fácil, en la medida que se puede medir sin mucha dificultad el estado del sujeto experiemental, es decir, es fácil reconocer si el paciente se recupera o empeora.


En ciencias sociales cuando se busca un antídoto, por ejemplo, para reducir la violencia, se puede realizar en forma semejante al procedimiento seguido para probar un antídoto de un veneno, pero la observación de la eficacia o resultados no es tan fácil, porque el antídoto para reducir la violencia no viene en píldoras, jarabes o inyecciones, los cuales entran en le cuerpo en corto tiempo y atacan de inmediato el mal. Un antídoto para la violencia corresponde a una variable que el sujeto debe interiorizar, es un proceso en el cual el tiempo no es preciso, por lo tanto controlar los resultados o la eficacia de un antídoto para la violencia se dificulta.


Por lo anterior, para hacer esta comprobación es recomendable el procedimiento de simulación experimental, el cual consiste en construir grupos con sujetos sin el antídoto y grupos con sujetos portadores del antídoto es decir que ya lo hayan interiorizado (la presencia del antídoto se ha identificado con correlación estadística), posteriormente se compara el nivel de violencia en ambos grupos y se verifica la eficacia de los sujetos portadores del antídoto para reducir la violencia.