Un antídoto para disminuir la violencia


Hace referencia a algo que tiene poder para contrarrestar en el individuo las acciones negativas e inducirlo a actuar en bien de los demás, a responder con acciones de convivencia mutua, aún hacia aquellos que han actuado mal, el antídoto se presenta como un factor que puede reducir el nivel de violencia o de degradación social


Lo que se ha denominado como antídoto o Factor Universal (U), es un elemento que tiene la función de motivar acciones positivas o contrarrestar en el individuo la acción provocadora negativa, haciendo reaccionar al sujeto en forma diferente, con menor contenido de acciones negativas que la acción que lo provoca, es una fuerza en sentido positivo. Reduce el nivel de violencia.


Para la identificación de un antídoto se construyó una pregunta filtro. este filtro se adicionó al cuestionario IMES. El cuestionario tiene la función de medir el nivel de violencia en los individuos.




























Identificación de un antídoto


Una teoría de un antídoto señala, que si es posible disminuir el nivel de corrupción de una sociedad cuando están presentes personas que han considerado su vida en relación con el carácter de Cristo, y comparado sus actos con la ley de Dios se dan cuenta de la poca justicia que hay en sus acciones, y reconocen la necesidad de la ayuda de Dios para orientar sus actos en conformidad con su ley y enseñanzas. Estas personas aportan actos positivos a una sociedad, enseñan a otros a reducir la violencia y la degradación social. Estos sujetos son portadores del antídoto a la vez que son un antídoto para una sociedad que se corrompe.


Estos sujetos manifiestan ciertas señales por medio de los cuales es muy probable identificarlos como portadores del antídoto, estos indicadores son básicamente dos(1):

1) Los individuos no se sienten personas justas, mas bien, se sienten seres indignos en relación con el carácter de Cristo. El conocimiento que tienen de la ley de Dios y el celo que sienten por ella, los induce a reconocer la insignificancia de justicia que hay en sus actos en relación con la santidad del carácter de Dios. Por el contrario una persona entre más justa se considera tiene la tendencia a desconocer y no practicar los principios de amor presentes en la ley de Dios.

2) Los sujetos reconocen la incapacidad de cumplir con sus propios esfuerzos los requerimientos de la ley. Piden permanentemente a Cristo -antídoto- poder para disminuir en su naturaleza la tendencia a cometer actos negativos.


Con base en estos dos indicadores se construyó un ítem filtro, el cual se adicionó al cuestionario IMES. La función de este filtro es separar a los sujetos que son posibles portadores del antídoto, de otros que posiblemente no lo son. Después de esto poder así proceder a la simulación del experimento.


El ítem filtro que se adicionó a esta prueba, y por medio del cual se buscó identificar si el sujeto era posible portador o no del antídoto, es el siguiente:

Usted en su vida:

(A) Generalmente siente que es una persona pecadora y
permanentemente está rogando a Dios para que él le
limpie su vida manchada.

(B) Generalmente siente que usted no hace mal.

El ítem filtro se probó, y se observó que la opción (A) de respuesta está correlacionada con la tendencia a producir acciones positivas en los sujetos. El grado de correlación es del 57,9%, este valor indica el grado o nivel de confianza que se tiene en la capacidad del ítem filtro para discriminar o señalar a posibles individuos portadores de los no portadores del antídoto.


En la prueba de simulación experimental se utilizó el ítem filtro mencionado, con el propósito de observar la efectividad de este antídoto para reducir la violencia, y se observó lo siguiente:

Los individuos portadores de este antídoto, mostraron poder para reducir el nivel de acciones negativas y dirigir la tendencia del total de actos del grupo hacia acciones positivas. Entre mayor sea el numero de portadores del antídoto presentes en una sociedad, menor será el numero de acciones negativas o violentas registradas en ese grupo social.


1. Mateo 21: 28-32, Lucas 18: 9-14, Job 9: 20,21, Santiago 1: 9-11, Mateo 5: 1-12






















Teoría de un antídoto


La propuesta de antídoto se sustenta en el diagnóstico de que así como los procesos físicos en la naturaleza obedecen a un orden y a leyes que garantizan la armonía de los procesos, en la sociedad, para poder convivir en un ambiente de respeto por los demás, por el entorno, por la propiedad y la vida, es necesario que los hombres cumplan la ley social. La ley social es una ley de leyes bajo la cual se deben regir los actos de los hombres. La transgresión de la ley trae como consecuencia el crimen, la decadencia y la degradación humana. La ley social bajo la cual se deben regir las acciones de los hombres es una ley moral, es la ley de Dios.


La ley de Dios le sirve al hombre para conocer el carácter de sus actos, y la obediencia a ella es una garantía para la armonía social. La ley no se puede cambiar, no la cambió Dios, y por que no debía cambiarse fue necesario que Cristo viniera al mundo, demostrara que era posible para el hombre cumplirla y ofrecer al ser humano poder para hacerlo. Pagara Cristo con su vida el castigo que merece todo aquel que ha desobedecido la ley. Pero si se arrepiente, reconoce su incapacidad de cumplir por si solo la ley y decide comenzar una nueva vida ayudado con el poder de Dios, seguramente va a ser un hombre que aportará en bien a la sociedad, demostrando así que es un ser idóneo para la vida.


Si Dios presentó la ley al hombre como buena y perfecta para garantizar la armonía social y no autorizó un solo cambio, es deber del hombre comparar su vida con ella y reconocer la indignidad de su propio carácter, reconocer la incapacidad de cumplir por sus propios medios con los requerimientos de la ley. Pedir a Cristo - antídoto- poder para cumplirla, y no obedecer aquellos cambios que han hecho los hombres a la ley de Dios.


La ley en ninguna manera pretende mostrar a Dios como un Ser severo, pero si, presenta la necesidad de ser guardada con mucho celo. Porque de su estricta obediencia depende la única posibilidad real y perdurable de bienestar y de vida para la humanidad.


El término amor se define como el cumplimiento pleno de la ley(1). Cuando el hombre pide a Cristo poder para seguir su vida, debe imitar las obras de misericordia, justicia y amor que realizó Cristo por la humanidad. Cuando el hombre dedica a Dios la atención y la obediencia, como manda en su decálogo, se tiene amor por él. Cuando el hombre por ejemplo no miente, no roba, no mata ni aún en pensamiento, expresa de esta manera amor por los demás. El verdadero amor, es guardar la ley aún hacia los enemigos.


Pocos se imaginan las graves consecuencias sociales que se obtienen cuando los hombres, por ejemplo, deciden robar, matar, adulterar, mentir, o deciden violar el día sábado ordenado por Dios para descansar, recordar sus obras y de esta manera reconocer y obedecer a Dios como creador. Cada acto que realice el hombre desobedeciendo la ley de Dios tiene consecuencias respecto a otras personas y respecto así mismos. En una sociedad dependemos unos de otros. Solamente se puede garantizar la convivencia y la vida, si el hombre ayudado por el poder de Cristo realiza una obediencia estricta a la ley.


Cuando la humanidad decidió desobedecer o cambiar la ley de Dios, se hizo culpable de muerte, porque esa es la paga por la desobediencia de la ley. Para reemplazar este castigo eterno, únicamente Cristo podía satisfacer los requerimientos que la justicia reclamaba por la violación de la ley. Unicamente Cristo podía mostrar el amor del Padre por la humanidad, para intentar de esta forma persuadir al hombre de la verdad. Unicamente Cristo tiene poder para renovar la vida del hombre, y restablecer su naturaleza debilitada por tantos años de desobediencia a la ley, a una condición de convivencia, respeto mutuo y de vida. Cristo se presenta como el único factor, como el factor universal capaz de hacer esto por y para el hombre.


Cuando en el proceso de simulación se experimentó sobre el poder que podía tener el antídoto o factor universal para reducir la degradación social, se observó que los sujetos señalados como posibles portadores del antídoto, aportan a un grupo social, con una alta probabilidad de efectividad, acciones positivas. Devolviendo incluso actos de bien aún hacia aquellos que los han tratado mal, evitando así la reproducción de la violencia.


En la sociedad se podría observar mayores niveles de violencia de no estar presentes hombres que gracias a Dios -antídoto- que actúa en ellos, logran mediante sus acciones contrarrestar la degradación de la humanidad.


Los resultados de la simulación experimental muestran que, por mucho que se subestime o se quiera desconocer el poder del antídoto aquí tratado, no se puede dejar de observar que aquellas personas que reconocen la incapacidad de guardar por si mismos los mandamientos de Dios, y deciden obedecer e imitar el carácter de Cristo apoyandose continuamente en su poder para guardar su ley, resultan ser sujetos que practican la convivencia, el respeto mutuo, a la propiedad y a la vida en forma mejor que aquellos que carecen de este factor.


El antídoto es una solución de fácil acceso para el hombre, es económico, es bien conocido, solo le corresponde a cada hombre decidir si lo acepta como la formula que guíe su vida o por el contrario la rechaza. Dependiendo de cual sea la decisión del ser humano, si acepta el factor las consecuencias redundaran en un ambiente de convivencia, donde exista el respeto mutuo, al entorno, a la propiedad, es una formula para felicidad y para la vida. Pero si se rechaza es muy poco probable esperar algo diferente a un ambiente de desorganización, contaminación, corrupción, degradación y muerte tanto para el individuo como para el resto de la humanidad.


1. Romanos 13:8,10, Galatas 5:6,14, 6:2, 16:23, Santiago 2:8, 4:17